Una aproximación al arte en el fútbol
- Juan David Lozano @JDLACISF22
- 3 ago 2016
- 2 Min. de lectura

Se puede decir que el arte es toda expresión del individuo, surge por el entorno o debido a emociones profundas y personales. En el fútbol, considero que debe tener cierta estructura estética, que permita análisis, variadas perspectivas y ante todo, que no fomente violencia.
¿Ha visto usted alguna expresión artística que cumpla con estas pautas?
Debemos tener en cuenta que el arte se remonta también a la música, tocar este tema en un contexto como el nuestro, es de vital importancia, considero que la adaptación de cumbias y diversos ritmos da un toque sabroso, maravilloso y cultural al fútbol, pero cuando el canto es usado para expresar odio, u algún tipo de fascismo o racismo, simplemente se convierte en un instrumento más para generar discriminación y actitudes poco deseables que desencadenan en una interminable guerra con muertos y generalizaciones herradas hacía los seguidores del deporte.
Lo mismo sucede con el "arte" en paredes que al final es otro modo de terror, violencia y de estético no tiene nada, son simples rayones mediante los cuales un grupo pretende establecer el control sobre determinada zona, generar terror y así como lo hace un perro, marcar territorio. No le veo otro sentido a aquello, además termina siendo un contaminante visual más en la gran urbe. Ejemplo de los aterradores rayones en la siguiente imagen:

El arte mal usado es uno de los generadores de violencia en el fútbol, que trasciende y se convierte en un problema social que genera tensión en toda clase social.
Ahora, hablemos de lo emotivo y maravilloso que deja este deporte con lo que respecta a la expresión mediante el arte. Los fuertes son la música, los trapos, murales estructurados y con cierto contenido que va más allá de unos colores.

Junior de Barranquilla es un ejemplo muy destacable de cómo aprovechar y adaptar los ritmos autóctonos para apoyar a su escuadra. Por su parte Millonarios y Santa Fe han emprendido una genial iniciativa para embellecer el recinto que los acoge cada fin de semana, El Campín. Eso, si que es arte, se evidencia un claro sentido en aras de paz y convivencia, reduciendo la la estúpida rivalidad que ha cercenado al fútbol a nivel global.
En Barranquilla, siempre que el Junior juega, el Metroplitano se convierte en
todo un Carnaval.

En otros artículos cavaremos a fondo cada uno de los modos de expresión mencionados anteriormente, tanto en el ámbito local como internacional.
Seamos objetivos, claros y conscientes del poder del fútbol y como puede ser rescatado, destacado y bien utilizado. Hay que dejar de lado la marginación, los rayones insignificantes y las letras violentas que invaden y matan al deporte y a la cultura; por ahí se puede seguir el camino para terminar con la oscuridad del deporte más seguido en el planeta, generar una sociedad realmente pacífica, porque la paz no se hace sólo con una guerrilla, debe ser construida día a día por todos los colombianos y que mejor manera que a través del deporte, que tanto nos mueve y nos apasiona.
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