Para un fútbol sin violencia unos cánticos sin ofensas
- Juan David Lozano @JDLACISF22
- 29 ago 2016
- 2 Min. de lectura

Desde hace ya muchos años, los seguidores futboleros han usado los instrumentos y la voz para respaldar a su respectivo equipo, también para marginar a las instituciones rivales. Es imposible ocultar la violencia hoy en día, mas aún cuando se trata de barras, es que el choque no se da sólo con cuchillos, balas, puños y machetazos, se remonta también a las composiciones musicales, que entre otras cosas exponen lo xenófobos que son la mayoría de aficionados.
"Las gallinas son así, son la basura capitalina, cuando no salen campeón esas tribunas están vacías,
yo soy del rojo señor, cantemos todos con alegría, que aunque no salga campeón el sentimiento no se termina,
cuídate diablo que en el Pascual Guerrero, La Guardia Roja ya fue a ese puto pueblo, cuídate verde vos sos un comunero,
cuídate azul vamos por vos primero" "Mira mira mira tomale una foto, se va para la provincia con el culo roto"
Aunque no lo crea, este tipo de violencia perjudica de gran manera al fútbol, exponiendo lo peor de las hinchadas; que para componer cánticos de este tipo son bastante creativas, pero a la hora de adaptar un ritmo local para resaltar la cultura nativa, se quedan cortas. Es un problema al cual pocos le prestan atención, que debe ser cortado de raíz si se quiere una verdadera convivencia en la cancha, porque los pequeños que van al estadio y escuchan esas barbaridades crecerán con la firme convicción de que seguir a otro equipo es una vergüenza, una brutalidad inaceptable, y seguirán con la ilógica intolerancia, haciendo y deshaciendo acorde a su cosmovisión errónea.
Puede que por dejar pasar cosas como estas, no se llenen las canchas; los padres no quieren que sus hijos entren en aquel mundo tenebroso, en el que por portar una camiseta alusiva al club se puede perder la vida en una esquina. Resulta de vital importancia sacar esas composiciones violentas de los estadios, no solo por el fútbol, es por la sociedad colombiana en general, que no tiene por que vivir sumida en crueldades propiciadas del pueblo hacia el pueblo; por el contrario, la aceptación y respeto a la diferencia deben ser lo mínimo en cada sujeto dentro y fuera de la cancha con el fin de exaltar la pluralidad, transformar al fútbol, y la convivencia general. Una vez mas, vale la pena mencionar que la paz no se construye sólo entre las FARC y el Gobierno, todo colombiano es participe activo de este proceso, que se desarrolla a lo largo y ancho de Colombia.
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